miércoles, 27 de julio de 2011

Verde y Vacas

Hace una semana y algo más tuve la suerte de hacer un mini-viaje a Santander, a casa de mi amiga Bea (miembro de la familia Rusqueña). Apenas conozco el norte, razón por la que seguramente quedo tan fascinada ante tanto verde. Como todo no se puede tener, allí llueve, se duerme con edredón en verano y se va con la chaquetuca a todas partes; pero hay playas realmente bonitas, con un frío mar y grandes olas, las cuales están justo al lado de grandes prados con numerosísimas vacas. Tuve la suerte de estar en el King of the Groms que se celebró en la playa de Somo, fue genial. Me encantó ver familias enteras dedicadas al surf de lleno; niños de tan sólo siete años que ya verlos, en la orilla estirando y con una licra enorme observando el mar, me llenaban de emoción, pero cuando los ves en el agua surfeando ya si que te dejan completamente alucinado. Me parece increíble ver a los pequeños enfrentándose al mar de esa manera, sin miedo alguno y cargados de energía, fundiéndose con el mar como si realmente hubieran nacido en él, genial. Otra cosa que también me gustó fue el ambiente que reinaba en la playa, todo el mundo con sus tablas en la arena, mirando el mar, comentando la situación y emocionándose al ver a alguno de los pequeños pillar una buena ola... He de destacar que allí no verás sombrillas de helados Alacant ni de tiendas de lámparas, allí son de Quiksilver, Roxy o Billabong!
Bea por su parte ejerció de guía turística, incluso llegando a dar explicaciones en dos idiomas, como toda una profesional y contando las típicas curiosidades que sólo los guías conocen. Así pues pude ver lugares realmente bonitos a los cuales no estoy acostumbrada y que me dejaban en todo momento boquiabierta. Lugares como "el muro" (entre muchos otros y de los cuales me llevo un montón de fotos), donde se forma una ola espectacular, pegada como bien se deduce a un muro. Una ola realmente bonita que me ponía la piel de gallina (también por el frío) al ver a aquéllos que se atrevían a surfearla.









Como ya le dije a Bea fue un viaje corto pero intenso, lo pasé realmente bien, me fui con la maleta cargada de buenos recuerdos y preciosos paisajes, fotos, sobaos y anchoas. Aprendí que allí todo acaba en -uca, que nunca puedes salir sin la chaque-tuca, que en verano todo el mundo dice "a ver si abre", que hay parkings con zonas reservadas en los que te dejan notas y coches con goteras, ah! y que los sobaos como los de allí en ninguna parte. Muchas gracias Bea : )